Esta no es la crónica de un triatlón (sólo). Es la crónica de una señora (que se hace) mayor, agradeciendo al Universo cumplir años, y que reflexiona (demasiado a veces) entorno al deporte que practico, aunque más sobre la vida.
Al inscribirme (2º año consecutivo, sólo movida porque un buen número de compis del club también lo habían hecho) al Vi Half este año, no tenía ni idea ni siquiera si iba a poder asistir, ya que en este curso (2024-2025) he comenzado el Grado de Técnico Superior de Dietética, la vuelta a los libros, y podía suceder que el 14 de Junio tuviera que realizar algún examen en 2ª convocatoria.
Por suerte (bueno, y por dedicación, que ni queriendo entrenarlo un poco a propósito, sé hacer las cosas "a medias") pasé las 6 asignaturas en las primeras convocatorias, repartidas entre enero, marzo y mayo.
Tampoco tenía ni idea de las ganas que iba a tener de entrenar/competir (desde luego, NO de seguir un plan de entrenamiento a rajatabla como he hecho tantos años seguidos, ya 13 practicando triatlón), y en general cómo iban a estar mis energías, mi mente y mi cuerpo.
En las 3 últimas semanas (desde mis últimos exámenes en mayo) pude enlazar unas pocas salidas en bici algo más decentes; no tanto carrera (mi parte favorita en el pasado).
Amanece el 7 de junio en Vitoria (es mi 5º half en Vitoria, 3 cuando era el Triatlón de Vitoria, organizado por Eduardo - antes de venderle la prueba a Ironman- en el 2016 fuimos 32 FSTs! y era un recorrido diferente, saliendo desde Landa) , una ciudad estupenda para pasar un finde agradable con el santo esposo, sin tener que remadrugar; este triatlón es a mediodía (demasiada espera eso sí ), y no siento ese gusanillo en el estómago (o esos tremendos nervios de ocasiones anteriores), tampoco ninguna ilusión especial, ni tengo un plan. Entrenar el desapego me viene genial, aunque no es sencillo.
El año pasado, ya llegué con muy poca carrera a pie, y tras pasar un invierno de mucha falta de ganas de todo, sin embargo una vez llegué a la T2 y terminada la 1a (de 3) vuelta de carrera a pie, sin ver a mi santo esposo, decidí seguir a dar la 2ª vuelta (a ver si aparecía, ja ja), y ya puesta, pues nada, cayó la 3ª (pasando 3 veces por el pequeño infernal recorrido de cuestas y giros contínuos de 180º mientras la gente - siempre TAN especial en el País Vasco- nos animaba entre cervezas y pintxos).
Llegamos al embalse sobre las 11, otra larga espera (más de hora y media) hasta que sea la salida de chicas. Antes de ponerme el neopreno, me saluda Eneko (Llanos), he visto a sus hij@s jugando al lado del agua, y le pregunto por Ruth (Brito), a la que luego veo decir unas palabras en la salida, y también le doy un abrazo (luego estuvo dejándose la voz animando en la carrera, tiene a más de 30 mujeres del club que dirige participando hoy en casa). La verdadera grandeza y sencillez de los grandes de verdad.
Decido ser "valiente" en la salida de natación y ponerme en las primeras filas, pese a saber que mi nivel de natación es de lo más justito. Tantas y tantas veces que he salido hacia el agua, desde la última fila, quedaron atrás. Voy buscando mi sitio nadando cerca de otras compañeras, pero lo suficientemente vigilante como para evitar golpes, y abriéndome en las boyas (me da igual hacer algún metro más de más). Me sorprende encontrar a algún gorro blanco (los chicos, que salieron 8 minutos antes) antes de la primera boya incluso. Natación sin incidentes, solo pensando en intentar no pararme. BIEN para mí (eterna en calle 2), casi 1 minuto menos que el año pasado.
En la T1, veo que aún quedan algunas bicis, ja ja (la tónica habitual para mí es salir de las últimas en la natación), sin embargo, me vuelvo a hacer un lío para quitarme el neopreno, y tardo la HUEVA, casi 7 minutazos, lejos eso sí de los más de 12' del año pasado (que hizo frío y estuve medio hipotérmica).
Al subirme en la bici decido que hoy voy a jugar a apretar todo lo que pueda en la bici, y que ya si eso, al llegar a la T2 decidiré si corro ni siquiera la primera vuelta. Y a eso exactamente jugué, a disfrutar del paisaje de la campiña alavesa, que está MUY BONITA (para los de Madrid, a nada que se vea campito y verde somos de un agradecido...), y auto convencerme (una vez más) que no necesito una cabra (ni le sacaba provecho realmente). Echo de menos a María (que en el ultimísimo minuto se ha quedado en Madrid por enfermedad), pensando que hubiera sido bonito hacer la bici juntas (respetando el drafting, por supuesto).
La 1a hora veo que estoy apretando demasiado y lógicamente mi cuerpo me va hablando, desde el glúteo medio izquierdo (más que hablar, es un chillar) y desde las lumbares. Sigo jugando a seguiré apretando, pero no para reventar, con el juego reconvertido a "a ver si me acerdo a las 3h" en los algo menos de 90Km. Se suceden los pequeños sube-bajas del circuito, y vamos pasando pueblitos encantadores, y también voy jugando al pilla que te pillo a otra participante que me va diciendo "el año pasado, también me pasaste". Sobre el kilómetro 45-50, adelanto a Nieves Morocha (antigua FST) del Kalamos (que ha llevado más de 30 participantes, incluído a Mauro, qué raro se me hace verle antes de la salida vestido de rojo!). Y en el kilómetro 70, pasamos al lado de una central hidroeléctrica (creo) veo un bambi muerto en la cuneta :-(. No sé por qué pienso.... cuántos de mis compis que van delante a darlo TODO habrán visto este cadáver?? Se nota un leve viento lateral a medida que aproximo el kilómetor 80, pero 0 quejas: hemos tenido MUCHISIMA suerte hoy con el tiempo, hace una temperatura perfecta (veintipocos) para disfrutar de la bici, y el viento nos ha soplado mucho rato de culo (dicho por otra chica participante y autóctona de la zona, que la escucho "nunca en esta carretera hemos tenido el viento de culo"). Aún no he decidido (hoy estoy en plan experimentos, sin re-planear cada uno de mis actos) si al llegar a la T2 me calzaré las zapas de correr... Veo la alfombra de desmontaje, y miro mi Garmin: 3h 01', cachiiiiis, no sub 3h, pero contenta, casi-casi a 30kmh de media (mi mejor bici en anteriores Halfs en Vitoria, con cabra, había sido eso 30 kmh, hace 9 años!). En definitiva, pese a lo que mis pequeños demonios interiores llevan diciéndome otra vez esta primavera, casi una década después, ni tan mal.
T2: venga vale, me pongo las zapas de correr y cojo todos los geles (pero me da a mí, que se van a volver a casa sin gastar, ja ja 😝), notando que el glúteo está fino filipino, apenas me puedo agachar, así que como una señora mayor que soy, me cambio de calzado sentadita en una silla. Hay un enlace de aproximada 1km hasta enganchar con las vueltas del circuito a pie, total, tengo que ir a recoger mi mochila a la zona de meta. En la cuesta de San Vicente (posiblemente la más inclinada del circuito laberíntico), veo un termómetro que marca 25º y en ese momento la balanza se inclina a "hago 1 vuelta y YA"; al poco veo a Juan Carlos animar, y le digo: "que me voy para meta" 👋
Lo siguiente, recoger la mochila, aprovechar por una vez llegar de las "primeras" a la zona de masaje para darme uno, foto con algunos de los compis, y a decirle al santo esposo una vez más un Te Quiero y gracias por acompañarme OTRA VEZ MAS. Ducha, re-comprobar que NI me puedo agachar, y disfrutar de un domingo de paseíto recovery por la ciudad, de comidita rica (incluído Mauro, que se nos apuntó) en Sagartoki y de una tarde de tenis disfrutando de Alcaraz vs Sinner, ganando Roland Garros - este no es de los que dice "me bajo en este set" 😎)
Aceptando que en esta etapa de mi vida, ni quiero, ni puedo exigirle más a mi cuerpo, para que mi mente no reviente. Sabiendo más que de sobra que la vida no son medallas finisher, ni resultados; que más que ilusión o motivación, a veces hay que tirar de autocompromiso, compromiso con un@ mismo, buscando conectar genuinamente (esto implica un entrenamiento más complicado que el de triatlón: no escapar de un@ mism@, saber convivir con tus demonios, escucharles sin huir, no escapar del malestar, escucharse, no evitar y detenerse = complicado equilibrio), compromiso con "otra" larga distancia: mantener los mejores hábitos diarios para la salud, querer y ser querida, y si en el camino se puede ayudar a alguien, mejor que mejor. Nadie te va a recordar por tus logros, medallas, notas, éxitos externos, sino por lo que les hagas sentir.
El año que viene, que sigo teniendo que estudiar y cambiando horas de silla por horas de zapatillas, me quedo con sprints y olímpicos MÁXIMO.
Como siempre, orgulloso de ti y de todos tus logros en cada aspecto!
ResponderEliminarUn gran abrazo mi Yoli, seguimos en el camino!
Enhorabuena Yoli!! 👏🏿👏🏿👏🏿 Aunque no lo veas pero estás a un nivel que eres capaz de hacer un Half con una preparación a tu gusto y sin seguir preparación estricta y eso es apto para personas con años de experiencia y un buenísimo nivel físico, eh! Por otro lado, me encanta cada una de tus palabras y reflexiones, verdades como puños ☺️ gracias por compartirlo ♥️ y Ahh enhorabuena también por esas calificaciones en las asignaturas!🙌🏿🙌🏿 Cuándo necesites clientas para ejercer me avisas 😜
ResponderEliminar